El último adiós al filósofo Ramón Xirau Subías

El último adiós al filósofo Ramón Xirau Subías

 

  • “Es el único escritor que escribió obras magistrales explorando todos los campos del conocimiento”
  • Fue un gran educador. Escribió 45 libros
  • Consternación por el fallecimiento del académico, figura central en la divulgación de la filosofía en México
  • Entre su cúmulo de libros y obras de arte, el prolífico intelectual mexicano de origen español fue velado en su domicilio de San Ángel por familiares, compañeros de ruta y amigos

 

 

La comunidad intelectual y universitaria mexicana se consternó con el deceso a los 93 años de Ramón Xirau Subías, el prolífico filósofo mexicano de origen español que entregó toda su inteligencia a la difusión de la filosofía. Entre un cúmulo de sus libros, muchos de ellos escritos en catalán, francés, inglés y español, el filósofo, escritor, poeta y académico, fue velado en su domicilio de San Ángel por familiares, compañeros de ruta y amigos.

 

Ramón Xirau Subías nació en 1924 en la ciudad de Barcelona. Desde los diez años vivió los sobresaltos de la Guerra Civil Española. Se separó de sus padres Ramón Xirau Palau y Pilar Subías en 1938. Fue hasta febrero de 1939 cuando se volvió a reunir con ellos para partir a México, donde llegaron en marzo de ese mismo año, gracias a la iniciativa del presidente Lázaro Cárdenas de hacer de México el refugio del exilio español.

 

Su padre Ramón Xirau Palau se incorporó como maestro en la Facultad de Filosofía y Letras, en el viejo edificio de Mascarones, por entonces en las calles de Ribera de San Cosme y Naranjo, en donde el joven Ramón estudió la licenciatura en Filosofía para continuar con la maestría, y más tarde el doctorado.

 

La familia Xirau Subías estableció su domicilio en un modesto departamento de la Colonia San Rafael, por el cruce de las calles de Gómez Farías y de Sadi Carnot. Desde su domicilio mexicano los dos Xirau caminarían juntos hacia la Facultad de Filosofía y Letras, en el edificio de “Mascarones”.

 

Xirau confesó haberse hecho “de veras” mexicano cuando vio a una persona, habló con ella, le contó interminablemente historias temibles de la guerra vivida, de aquella guerra tal vez incivil” que vivió en España. Se trataba de Ana María Icaza, su esposa. Su padre le había dicho dijo que era pintora. “Lo era. Pintaba muy bien”, dijo Ramón Xirau.

 

Ambos se casaron en 1949. Su único hijo, Joaquín Xirau Icaza, quien nació en 1950, falleció en Boston ​ en 1976. También era poeta y escritor.

 

Ana María Icaza describió a su esposo como un hombre bueno, brillante e inteligente con el que compartió su vida a lo largo de 68 años, en los cuales escribió 45 libros. “Es el único escritor que escribió obras magistrales explorando todos los campos del conocimiento. Una de ellas, The nature of man, la realizó junto con el gran filósofo y sicoanalista Erich Fromm. Pero sobre todo era un gran educador que compartió su sabiduría con muchos jóvenes. Fue un formador de muchas generaciones de escritores”.

 

 

Xirau Subías se incorporó como investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el que fue reconocido como emérito. También fue distinguido como miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de El Colegio Nacional, así como integrante del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.

 

Ramón Xirau poseía una pluma excelente, así que escribió muchos libros; todos los temas que tocó son sensibles a la vida de las personas. Su trabajo no es sobre tópicos áridos o abstractos, como los hay en filosofía de lógica o metafísica teórica. Los que trabajó es cercanos a la vida de las personas”, como “Palabra y silencio y El tiempo vivido. Acerca de estar”.

 

Pedro Stepanenko Gutiérrez, director del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, lamentó la ausencia del académico, para quien Xirau Subías fue figura central en la divulgación de la filosofía en México.

 

Stepanenko Gutiérrez, también filósofo consideró que, en algún sentido, las nuevas generaciones de mexicanos aprendieron filosofía con su libro Introducción al estudio de la filosofía. “Es el texto con el que se estableció el primer contacto con esa disciplina”.

 

En Xirau Subías surge su faceta como poeta, en la que había “un lado íntimo, de introspección, dijo Stepanenko Gutiérrez. Nunca escribió poesía en español, siempre lo hizo en catalán, y es una muestra de cómo la poesía era un espacio íntimo que lo llevaba a su infancia.

 

“Lo extrañaremos; siempre va ocupar un lugar importante en el país, en la Universidad y en nuestro Instituto”, lamentó el filósofo, compañero de ruta de Xirau Subías.

 

 

La secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda, acudió a dar sus condolencias a Ana María Icaza, viuda de Ramón Xirau y externó su admiración por el gran legado que deja el escritor y poeta, autor de obras como Mito y poesía, Ciudades y La naturaleza del hombre.

 

El escritor Vicente Quirarte describió a Ramón Xirau como un hombre enamorado de la belleza y como un poeta que intentó entender a través de la filosofía la manera como la palabra puede labrar verdades permanentes para el ser humano.

 

Recuerdo que me tocó trabajar en la reedición de una de sus obras fundamentales: Historia de la filosofía y lo admiré aún más por escribir este gran tratado que nos sigue enriqueciendo a todos”, dijo Quirarte.

 

Quirarte apuntó además que Ramón Xirau fue un permanente admirador de la bondad humana y condenaba la oscuridad en el alma del hombre. “Decía que el hombre bueno está permanentemente sorteando el abismo, mientras que el malo cae sin ningún miramiento, por eso, aseguraba, hay que ser valiente para ser un hombre bueno”.

 

El músico Carlos Prieto, recordó a Xirau como un gran maestro que le dio clases en su juventud y que forjó una vida en México y era mexicano aunque nació en España.”Fue un gran poeta en catalán, su lengua materna, pero también enriqueció nuestra lengua castellana con libros colmados de belleza, fuerza y profundidad”, añadió.

 

El escritor Luis Chumacero recordó al fallecido escritor como un gran iluminador de la naturaleza humana, que ya sea en catalán o en castellano aportó nuevos párrafos a la cultura universal. “Él analizaba cuestiones difíciles sobre la naturaleza del hombre, sobre la maldad humana. Recuerdo un trabajo suyo sobre los campos de concentración nazis que me cimbró completamente. México pierde a un gran hombre y un gran maestro”, destacó Chumacero.

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