22mil Adultos Mayores trabajan como ‘cerillos’ para completar pensión
22 mil Adultos Mayores trabajan como ‘cerillos’ para completar pensión
- La propina que reciben por día llega hasta a los 300 pesos, lo cual supera el salario mínimo de un empleado promedio.
- “A los jóvenes les digo que le echen ganas, porque: como te ves, me vi; y como me ves, te verás”
Cerca de 22 mil adultos mayores en la Ciudad de México trabajan como empaquetadores en diferentes supermercados, con el objetivo de completar con las propinas la cantidad, a veces mínima, que reciben como pensión, así lo informó SDPNoticias, al tiempo de subrayar que México es la segunda economía latinoamericana con un PIB percápita superior a los 10 mil dólares, sin embargo, sólo paga pensiones a 25 por ciento de sus 13 millones de personas de la tercera edad, ya sea porque fueron trabajadores del mercado informal o porque no lograron cotizar el tiempo mínimo estipulado o bien, en el caso de millones de mujeres dedicarse al cuidado de la familia y del hogar les impidió obtener una pensión. de las mujeres, se dedicaron al hogar.
A pesar de trabajar como ‘cerillos’ una actividad pesada porque implica muchas horas de pie, cargar todo tipo de cosas y bultos así como reacomodar en todo el supermercado los productos abandonados en las cajas, muchas personas adultas mayores no completan ni así la pensión, y entonces buscan realizar otras actividades, ofertando servicios según sus oficios o como vendedores de diferentes productos, pero siempre en el mercado informal, ya que por su edad son discriminados en el mercado laboral formal.
Así, el panorama futuro para los jubilados mexicanos no es alentador: la mitad de las personas que trabajan en la actualidad lo hacen de manera informal, además de que en México diariamente 800 personas cumplen 60 años.
Bárbara Bernés, subdirectora de concertación del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam) señala que los adultos mayores necesitan generar ingresos y si no hay espacios para ellos, se dedicarán al ambulantaje o se arriesgarán en actividades donde podrían sufrir accidentes.
Tener a los abuelos empacando “no es lo que más nos gusta, pero (…) es lo que hay”, admite la funcionaria.
La mayoría de los abuelos mexicanos dispone de una escolaridad de tercero de primaria y se animan a apuntarse como empacadores en los supermercados debido a las propinas que van de los 148 a los 296 pesos diarios, lo cual supera el salario base de un empleado promedio, lo cual les permite seguir cobrando su pensión, además de que sólo un 10 por ciento admite conocer las tecnologías de la información, según detalla Mayra Membrillo, jefa del departamento de gestión del Inapam.
Adelina González, de la organización civil Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, estima que tanto el mercado laboral como el de consumo imponen las condiciones de competencia, lo cual genera exclusión que se refleja en violencia o aislamiento contra los adultos mayores dentro de sus propios hogares y familias, y “además se suma otro factor, la edad genera discriminación laboral.”
