En el Jardín de los Sueños

Cumplió 29 años el Jardín de las Personas Adultas Mayores. Los “chapulines” lo han bautizado como un santuario de la alegría. Son “viajeros que navegan en el tiempo y en el espacio”, con edades entre los 60 y 99 años

Cumplió 29 años. Los “chapulines” lo han bautizado como un santuario de la alegría. Son “viajeros que navegan en el tiempo y en el espacio”, con edades entre los 60 y 99 años,  con miles de historias que lo han acompañado desde el 24 de septiembre de  1986. Son lectores de poesía y de cuentos, pintores, grabadores, danzantes, cantantes, les da por la bohemia, ejercitan sus cuerpos y espíritus, practican la risa, crean nuevas amistades, recuerdan sus pasados y de nuevo se sienten jóvenes.

En ocasión del cumpleaños del Jardín de las Personas Adultas Mayores, creado el 24 de septiembre de 1986, en medio de dos frondosos árboles, se abrió una zanja para depositar una “caja del tiempo” que será abierta dentro de once años, en el cuarenta aniversario de este oasis del consuelo para quienes ya en etapa de jubilación encuentran una tranquilidad y armonía, que varios de ellos no tienen en sus casas.

Tienen un  Taller de la Risa, de “salud mágica”,  sus risas se escuchan  en el verde espacio ubicado a un lado de Paseo de la Reforma, cerca de la entrada al Metro Auditorio, por la calle del Chivatito.

Martha López Pérez tiene 82 años, leyó  el poema escrito por una de sus compañeras, Pepita Díez, dedicado a “El Jardín de los Sueños” del Taller de Lectura y Comunicación, que fue colocado en esa caja del tiempo que será abierta en septiembre de 2026:

“Sus caminos llenos de flores están, ecos de violines se oyen al llegar. ¿Serán los ángeles que vienen a animar a la gente de cierta edad?”

“¡Estos caminos cuántas historias tendrán!”.

“Aquí estaremos, aunque sea con bastón”, dice una de las personas adultas mayores en el momento en que se depositan cartas con dedicatorias, pensamientos, poemas, sueños, peticiones y fotografías en esa  caja del tiempo.

Martha ha estado en el Coro, ha participado en varios concursos que han ganado a nivel del Distrito Federal y a nivel estatal, y actualmente  tiene  a su cargo el Grupo de Lectura y Comunicación, de canto y poesía, y ha formado un Grupo de Bohemia que va cumplir 13 años el 13 de octubre.

Busca el poema “La Despedida” de Adolfo León Osorio, quien era un declamador nato; entre sus poetas preferidos está Manuel  Gutiérrez Nájera. Los alumnos de ese Taller   escriben poesía, lectura en voz alta, y Martha los ha puesto a leer reflexiones porque “algunos abuelitos se le quedaban dormidos”.

Martha, quien tiene 20 años de asistir a este espacio verde de la Ciudad de México, junto con otras personas adultas mayores, se reunieron para festejar el cumpleaños del jardín “Euquerio Guerrero”. Era viernes, decenas de jóvenes mayores de sesenta años cruzaban la puerta, dejaban atrás angustias, soledades, tristezas, incertidumbres. Llegaban a un manantial de serenidad, amistad, un rincón sin soledades. Era un cumpleaños más de un jardín que hicieron suyo, ahí donde ponen  a reposar sus recuerdos, intercambiar experiencias, reír, mover las piernas, hablar.

Fundado en 1986, este peculiar Jardín a un costado del Bosque de Chapultepec, lleva el nombre de un abogado laborista, “Euquerio Guerrero. En su celebración cumpleañera  hubo pastel, baile, y entrega de tarjetas alimentarias, por parte del secretario de Desarrollo Social, José Ramón Amieva Gálvez,  que otorga el gobierno de la Ciudad de México del doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa.

Todos los “chapulines” desean estar ahí, en once años, en la reapertura de esa caja del tiempo, depositada bajo los árboles del jardín. En sus cartas lanzadas al tiempo narran sus historias. La del  Coro de los Chapulines. Manola Camacho contaba la historia de un maestro yucateco muy enfermo de cáncer en la piel en  1987, pero por “su amor al canto hacía maravilloso su trabajo”.

Estela Arce evocó a la maestra Mari Carmen, que con su exigencia hacía lucir al coro. “Yo me enteré que en este jardín había un coro y me quedé desde septiembre de 2013. Mi amigo Manuel llegó un 7 de septiembre y se quedó en el coro que ganó un concurso en septiembre 10 de 2015. Nuestro coro es un coro de amigos y hermanos que latimos con los cantos de amor, desamor, lucha y sentimientos. Deseamos que cuando se vuelva a leer esta carta siga vigente nuestro querido coro Chapulín”.

Se recordó a Ema Godoy promotora  y defensora de la vejez, creadora del primer instituto de la senectud, que procuraba salud, vida y bienestar a las personas adultas mayores.

Gabriela Bonabe Villanueva, del grupo de Danza y Educación Artística, habló a nombre de la maestra  Margarita López Domínguez. Dejó una foto de los integrantes de ese grupo en la caja del tiempo. ”Somos un equipo de personas de 60 a 85 años de edad. Es muy bello  ver que no importa la edad sino realizar nuestros sueños, tal vez desde nuestra juventud, estamos abiertos a nuevas experiencias, como la competencia en la que participamos en la Ciudadela en los juegos culturales del Inapam con danza prehispánica, con un honroso segundo lugar”.

“Gozamos, cantamos, bailamos y disfrutamos de este maravilloso jardín, ojalá  y cuando se abra esta carta dentro de once años podamos estar aquí presentes”, dijo Gabriela.

Juegan, bailan,  narran de experiencias de vida, sobre todo transmiten alegría, buen humor con chistes y anécdotas. “Nos regalan con su bonita voz, la sensibilidad de demostrar los sentimientos a través de la poesía, entusiasmo, solidaridad, cooperación y  generosidad, la alegría de dar alegría es nuestro objetivo”.

En el jardín, este grupo de personas adultas mayores  aprenden que  la edad no es un obstáculo,  brindan lo mejor de ellos,  es una oportunidad para seguir aprendiendo, lo hacen en honor al  canto, a la  poesía y al buen humor.

Ignacio Merino Mayor, de 81 años, después de jubilarse a los 79 años entró al jardín en 2013. Encontró  un lugar que lo salvó de tener una depresión por falta de actividades después de tantos años de trabajo. Ahora asiste al jardín cuatro días de la semana, cambio el escritorio y la computadora por el deporte, el esparcimiento y disfruta conocer grandes amistades, baila, practica el tai chi.

En el año de 1990 la maestra Olivia y su esposo Toño formaron el taller de baile de salón y empezaron a enseñar el danzón, también fundaron  un grupo de niños danzoneros.  Con los años el grupo del danzón creció, se formaron nuevas parejas de novios, de matrimonios y amigos.

“Es un paraíso el jardín en el que se respira salud, tranquilidad, es la gloria, este espacio lo aprecia y no lo cambiaría por nada del mundo”, dijo otro de los usuarios de este jardín al pie de la caja del tiempo antes de ser depositada bajo tierra.

Los del grupo del Taller de Baile Español lo disfrutan mucho. Practican la expresión corporal  y coordinación  motora con una técnica que les corrige la postura; se les exige disciplina, los transporta hacia su herencia cultural y los ayuda  a mejorar la salud y asentirse más jóvenes.

 “Todavía podemos transmitir y sentir emociones bellas, conviviendo momentos de alegría con todos los compañeros, gracias jardín de la Tercera Edad, Euquerio Guerrero”, dice la letra de una de las cartas depositadas en la caja del tiempo.

Otra carta recuerda: “Hace un año conocí esta maravilloso centro de reunión, enseñanza y esparcimiento, algunos venimos aprender algo, otros hacer nuevas amistades,  ejercitar su cuerpo y espíritu, a crear nuevas amistades y recordar tiempos pasados. Que en el jardín siga imperando la paz y tranquilidad que siempre encontramos. Es un hermoso oasis dentro de este maravillosa  pero caótica ciudad”.

Otro texto lanzado a su lectura en 2026 era del Taller de los Abuelos Lectores,   guiado por la maestra Rosalba Baltazar Munguía, decía: “Este bello jardín nos inspira tranquilidad, paz unión y amor a la naturaleza, nos hace sentir jóvenes  nuevamente, con bríos para seguir viviendo, ideal para nosotros, viajeros que navegamos en el tiempo y en el espacio, conociendo lugares lejanos, mágicos, viviendo diferentes épocas, conociendo lugares lejanos, increíbles,  diferentes épocas, diferentes ideas,  pensamientos, personajes, historias interesantes, ampliando nuestra visión del mundo. Todo esto lo disfrutamos leyendo en este hermoso sitio.

De los integrantes del Taller de la Risa, Salud Mágica, su texto decía: “espacio relajante y recreativo, nos da una estabilidad emocional como personas; en él hemos pasado buenos y malos momentos, alegrías y de tristezas. Es nuestra segunda casa, con otra familia donde siempre somos felices y nos sentimos acompañados, llenos de alegría, pero sobre todo nos sentimos importantes como personas. Al cruzar el umbral de este hermoso jardín se encuentra la paz y armonía que en casa no se tiene. Se  encuentran amistades, somos escuchados y nos brindan una solidaridad que no habíamos visto en otro lado, compañeros, personas que no conocíamos y nos brindan amistad. Esperamos que el jardín siga creciendo”.

Otra carta decía: “En cuanto yo cruzo la puerta del jardín me siento tranquila y feliz. El Taller de Bordado, Pintura y Talla en Madera es de la maestra María Esther Muriel López. Se formó el grupo porque vieron que tenían algo en común, la alegría  y el interés de aprender. Han ganado premios en los concursos, primeros lugares en filigrana, talla en madera, lo máximo el jardín, es un lugar sin igual”.

Isabel Segura leyó otra carta, es del Taller de Artes: “Qué significa del 24 de septiembre de 1986 para los del Taller de Artes, nada más  un santuario de la alegría, donde se expresan las emociones, es un espacio de igualdad entre seres humanos, sin importar su color, raza o religión, sin portar su condición social, somos una  familia de mujeres y hombres de 60 años en adelante”.

El Jardín de las Personas Adultas Mayores cuenta con un Jardín de Arte, una Pérgola que es  centro de reunión; la Biblioteca “Andrés Henestrosa” con cerca de seis mil obras literarias  y El Pabellón Coreano donado por la República de Corea.