La situación de fragilidad de una Persona Adulta Mayor es reversible, afirma José Menéndez Guerra

• El apoyo social y familiar puede conseguir que una persona mayor con discapacidad no se encuentre incapacitada, afirma el médico geriatra
• Hay que unir factores clínicos, funcionales y sociales en la atención a las Personas Adultas Mayores, opina desde Asturias, una comarca española con una tasa de envejecimiento del 23%.

Director de la Fundación Hospital Avilés, el doctor José Menéndez Guerra protagonizó ayer una de las sesiones formativas del Hospital San Agustín como geriatra para disertar sobre el síndrome del anciano frágil, concepto en el que se incluyen personas mayores de 80 años que viven solas y donde un pequeño incidente puede suponer un grave trastorno para su salud.

¿Qué entendemos por anciano frágil, la persona que supera una determinada edad o que se encuentra en una situación concreta?

Ser frágil es mucho más que tener más de 80 años o ser mujer, pues la mayor parte de ellos son mujeres. Es una condición biológica que confiere mucha vulnerabilidad a la persona y hace que ante cualquier situación, por pequeña que sea -una caída, una hospitalización- la persona experimente lo que llamamos un evento adverso que le puede ocasionar discapacidad, incluso la muerte. Es un estado de alto riesgo, pero existen medidas de prevención.

La primera: el ejercicio físico y la alimentación adecuada son fundamentales para las personas mayores;

La segunda es llevar a la persona a un  centro de día, para que esté protegida.

¿Se sabe el porcentaje de mayores en situación de anciano frágil?

En la comarca existe un envejecimiento del 23%. Se calcula que los ancianos frágiles suponen entre el 10 y el 15% de las personas mayores de 65 años. A más edad, más fragilidad. Entre los mayores de 80 años podemos hablar de un 40%. Pero no es una situación irreversible. Eso es la parte positiva.

¿De qué manera?

Con un tratamiento y si se adoptan las medidas adecuadas como el ejercicio. Es muy importante adoptarlas de forma precoz.

Es reversible pero, ¿se puede llegar a evitar?

Sí. Con ejercicio físico y alimentación se puede llegar a evitar. Son fundamentales. El ejercicio físico también ayuda a revertir la situación de fragilidad.

¿En qué se puede concretar esos consejos?

En el anciano, el ejercicio físico debe ser multimodal, responder a varias esferas: resistencia progresiva, aeróbico, equilibrio y flexibilidad. La actividad física no está contraindicada en ninguna edad. El baile o el tai-chi son muy indicados.

¿Y en la alimentación?

La dieta mediterránea es válida para el anciano, aunque debe reforzar las proteínas diarias y tomarlas en las tres comidas. Son buenas las de origen animal (carne, pescados) y también las vegetales. Tampoco se debe olvidar del aporte de vitamina D y calcio de los lácteos y derivados.

¿Son importantes las redes sociales (amigos, familia) de apoyo a los mayores?

Son básicas. Una persona con una discapacidad, dependiendo del medio en que se mueva, puede estar incapacitada o no.

¿Cómo es posible eso?

Imagina una persona que se mueve con dificultad, vive en un sexto piso sin ascensor y no tiene a nadie que le ayude. Esa persona se encuentra incapacitada. Sin embargo, si con esa misma discapacidad cuenta con un apoyo social que le proteja, apenas se notaría, podría socializar más y resolver sus necesidades del día a día, siempre con ayuda.

Desde hace mucho tiempo se habla del envejecimiento de la población de Avilés esta comarca nuestra en Asturias, España.  ¿Esa realidad ya se encuentra asumida por los profesionales sanitarios?

No queda más remedio. Está totalmente interiorizado. Casi la mitad de las consultas y la mitad de las hospitalizaciones se produce en pacientes ancianos. Dentro de los ancianos ingresados, se calcula que un 30% son ancianos frágiles.

¿En el acercamiento a este colectivo los dispositivos sanitarios pueden ir en solitario o necesitan el apoyo de los recursos sociales?

Los recursos sanitarios y sociales en la atención a las personas adultas mayores deben ir siempre de la mano. De lo contrario, no se produce una atención integral y, por definición, el anciano debe atenderse de una manera integral. Hay que unir factores clínicos, funcionales y sociales. Es fundamental.

La existencia de la Fundación Hospital Avilés es un pilar en la comarca para la atención a los ancianos. ¿Sin él se dispondría de la misma capacidad de intervención?

Efectivamente. La unidad de geriatría del Hospital Avilés atiende una media de entre 1.250 y 1.300 pacientes al año, con una media de 82 años. Lo que se ofrece es una atención geriátrica especializada.

¿Y el papel de Atención Primaria?

Es fundamental. En cada cupo de Primaria puede haber entre 30 y 40 ancianos frágiles. Conocerlos y tratarlos adecuadamente sería una gran ayuda, ya que no existen geriatras para toda la población mayor. Sería muy importante el proyecto del hospital de día. Nos ayudaría a mejorar la relación con Primaria.

La Fundación Hospital Avilés ya presentó el proyecto de hospital de día. ¿En qué situación se encuentra?

Está en marcha. La nueva alcaldesa, que también es presidenta del patronato de la Fundación Hospital Avilés, me anunció que tiene mucho interés en desbloquear el proyecto, al igual que la concejala de Promoción Social y Cultural, Yolanda Alonso. Ambas están interesadas en sacarlo adelante, aunque aún no podemos poner fechas. Se debe desbloquear el proyecto. Tan sólo de obra son dos años.