Endurecen las Leyes de Piedad Filial en China

Endurecen las Leyes de Piedad Filial en China

  • Los hijos están legalmente obligados a respetar a sus ancianos padres so pena de negarles una cuenta bancaria o préstamos; también pueden perder sus tarjetas de biblioteca
  • Mientras más envejece China, el gobierno toma medidas cada vez más enérgicas acerca del problema de envejecimiento de su población

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A principios de este mes, un mandarín, o funcionario importante, en Shanghái amenazó a los residentes locales que descuidaran a sus ancianos padres con ponerlos en una lista negra de crédito; con negarles una cuenta bancaria o préstamos; e incluso con la pérdida de sus tarjetas de biblioteca.

¡Debe ser tan divertido ser un funcionario del gobierno en China! Al parecer, nada está fuera de límites. Imagínate si Donald Trump pudiera decir: los musulmanes no pueden obtener préstamos bancarios. O los hispanos no pueden obtener tarjetas de crédito Visa. O las “chicas cabeza huecas” no pueden sacar libros prestados de la biblioteca.

La semana pasada un ‘personaje’ con el nombre de Luo Peixin — el subdirector de la Oficina de Asuntos Legales del Gobierno Popular Municipal de Shanghái — se encargó de recordarles a los shanghaianos que puedan estar sujetos a todas estas restricciones según la ley si no visitan a sus ancianos padres con regularidad.

Según el diario oficial China Daily, eso los coloca en la misma categoría que los conductores que se dan a la fuga, o aquellos que saltan las barreras del metro sin pagar. Agregó que todos esos malhechores pudieran terminar en la lista negra de crédito.

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Cada vez hay más personas de la tercera edad chinas que actualmente viven separadas de sus hijos adultos, y una ley nacional aprobada en 2013 decretó que los descendientes chinos que no visiten regularmente a sus padres de edad avanzada pueden ser demandados.

Los padres de la tercera edad pueden acudir a los tribunales para obligar a los hijos a prestarles atención y, si ganan, el tribunal puede ejecutar la sentencia aplicando penalidades en la tarjeta de la biblioteca, etc. A partir del 1 de mayo, las residencias para los ancianos en Shanghái tendrán un derecho legal que les permitirá llamar a los hijos y regañarlos si no visitan a sus padres a menudo.

Yo cumplí 60 años este año, así es que estoy explorando cómo esta ley afecta a los extranjeros: tal vez pueda usarla para forzar a mis dos hijos adolescentes chinos a que acudan a las cenas familiares o a que respondan cortésmente cuando se les habla (o a que simplemente respondan). Les diré que nunca serán capaces de obtener una hipoteca si no lo hacen.

Sin embargo, las leyes de piedad filial son un asunto serio: China tiene un exceso masivo de ancianos debido a la misma política de un solo hijo que ayudó a controlar el crecimiento de la población durante años y permitir que la economía creciera tan rápidamente.

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El estado no puede darse el lujo de cuidar de todos esos ancianos, por lo cual tiene que utilizar la persuasión moral (respaldada por las amenazas en la calificación crediticia) para obligar a los hijos adultos a que ayuden.

Shanghái tiene un problema particular: el año pasado, declaró el diario China Daily, se convirtió en la primera ciudad en China en exceder el devastador límite de un 30 por ciento de población mayor de 60 años. Eso representa casi el doble del 15.5 por ciento de la población mayor de 60 años a nivel nacional en 2014, el último año para el cual existen cifras nacionales disponibles.

Pero, como todos lo sabemos, el dinero no puede comprar el amor y, al parecer, las demandas de piedad filial tampoco pueden hacerlo. Durante los tres años transcurridos desde la aprobación de la nueva ley que obliga a los hijos adultos a visitar a los padres de edad avanzada, muy pocos ancianos han tenido éxito en las demandas que utilizan esta ley.

En febrero pasado, la agencia oficial de noticias Xinhua informó que una madre de 90 años de edad había demandado a sus seis hijos — todos de alrededor de 50 y 60 años — pidiéndole al tribunal que los obligara a pagar las cuotas de la residencia para ancianos y a que la visitaran semanalmente. Hasta ese momento, según el informe, sus tres hijos la visitaban de vez en cuando, sus hijas menos, y, finalmente, nadie se apareció durante meses. Los “niños” todos dijeron que estaban ocupados. Un mediador del tribunal concertó un acuerdo que estipulaba que los seis tomarían turnos para visitar a su mamá una vez por semana. Xinhua no ha proporcionado información acerca de cómo está funcionando el acuerdo.

El Estado incluso está entrometiéndose cada vez más en asuntos relacionados con los hijos tratando de honrar a padres que han fallecido. Un informe publicado en la prensa estatal sobre la reciente festividad china del día de los muertos, o de “limpieza de tumbas”, a principios de abril indicó que las autoridades de los gobiernos locales en Beijing confiscaron 200 kg de “billetes para la otra vida”: el dinero de papel falso que tradicionalmente se quema junto a la tumba para desearles prosperidad a los antepasados en el otro mundo.

Parece que es ilegal imprimir cualquier cosa que se parezca a un billete de renminbi, aunque sólo sea para quemarlo (lo cual, de todos modos, está mal visto desde el punto de vista ambiental). La estrategia más segura pudiera ser la nueva moda de enterrar “en los árboles”: el colocar las cenizas de un ser querido en una urna biodegradable bajo un árbol, en donde puedan unirse con el suelo y no ocupar espacio en el cementerio.

Aquellos que planeen pagar el entierro con una tarjeta de crédito tendrán que visitar a sus enfermos de la tercera edad a menudo para asegurarse de que pueden mantener esa línea de crédito. Recuerden: sólo los hijos heredan la buena calificación crediticia (por no hablar de tarjeta de la biblioteca de la abuela).
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