En todo el mundo, una de cada tres personas padece algún tipo de malnutrición
En todo el mundo, una de cada tres personas padece algún tipo de malnutrición
- En todas sus formas es un problema mundial
- Afecta a los 42 millones de niños y 1900 millones de adultos de todo el mundo que tienen sobrepeso o están obesos
Francesco BRANCA y Anna LARTEY*
El término “malnutrición” suele evocar la imagen de los aproximadamente 800 millones de personas que padecen hambre cada día, los 156 millones de niños menores de 5 años con retraso del crecimiento debido a la desnutrición crónica y los 50 millones de niños afectados por una malnutrición grave que pone en peligro sus vidas.
Con frecuencia olvidamos que la malnutrición consiste en algo más que no comer suficiente. También abarca a los 42 millones de niños y 1900 millones de adultos de todo el mundo que tienen sobrepeso o están obesos.
Puede estar provocada por comer demasiado poco, comer excesivamente, ingerir combinaciones equivocadas de alimentos o alimentos con escaso o ningún valor nutricional, así como alimentos contaminados por microbios patógenos.
Comer demasiado poco provoca desnutrición, lo que puede retrasar el crecimiento y el desarrollo de los niños e incluso matarlos. La desnutrición suele verse agravada por enfermedades infecciosas y por una atención deficiente.
Comer en exceso —especialmente alimentos con alto contenido de azúcar y grasas— provoca sobrepeso y obesidad y aumenta el riesgo de diabetes, cardiopatía y ciertos cánceres.
Una dieta que no incluya alimentos nutritivos puede provocar un déficit de vitaminas y minerales que puede provocar diversos problemas de salud. Comer alimentos contaminados por bacterias nocivas, virus o parásitos puede provocar diarrea o una pérdida peligrosa de peso.
En todo el mundo, una de cada tres personas padece algún tipo de malnutrición.
El problema no es tan simple como decir que el hambre afecta a las personas de los países pobres o que la obesidad afecta a los habitantes de los países ricos: la malnutrición en todas sus formas es un problema mundial. No es infrecuente encontrar a personas con distintas formas de malnutrición viviendo unas al lado de otras en un mismo país, en una misma comunidad o, incluso, en un mismo hogar.
Por ello, cuando los gobiernos elaboraron la primera agenda mundial para el desarrollo en 2015 (los Objetivos de Desarrollo Sostenible), coincidieron en que debían poner fin a todas las formas de malnutrición para 2030. Para velar por el cumplimiento de este compromiso, las Naciones Unidas anunciaron en 2016 el inicio de un Decenio de Acción sobre la Nutrición, esto es, un periodo en el que se redoblarán los esfuerzos por librar al mundo de la plaga de la malnutrición.
La pobreza está en el núcleo del problema. Los pobres tienen más probabilidades de estar malnutridos. El retraso del crecimiento (niños demasiado bajos en comparación con otros de la misma edad) y la obesidad son más frecuentes en países de ingresos bajos y medianos y entre las comunidades más pobres de los países de ingresos altos.
La erradicación de la pobreza es esencial para poner fin a todas las formas de malnutrición. Al mismo tiempo, la erradicación de la malnutrición es esencial para el desarrollo económico: una población adecuadamente nutrida es más sana y más productiva.
Aunque el hambre y la obesidad puedan parecer problemas muy diferentes, sus causas profundas en realidad son las mismas. Esto significa que con frecuencia un conjunto de medidas pueden atajar ambos problemas; se trata de las denominadas medidas con doble finalidad. Los programas consistentes en proporcionar alimentos nutritivos en las escuelas son un ejemplo de lo que los gobiernos pueden hacer para luchar contra todas las formas de malnutrición.
Las madres malnutridas, por exceso o carencia alimentaria, tienen más probabilidades de tener hijos malnutridos
Velar por la buena nutrición de las madres también es otra medida importante que se puede tomar. Las madres malnutridas tienen más probabilidades de tener hijos malnutridos. Una madre con insuficiencia ponderal corre el riesgo de dar a luz a un hijo con bajo peso al nacer.
Por otro lado, el hijo de una madre obesa o con sobrepeso corre el riesgo de tener sobrepeso en la adolescencia o la adultez. Y, paradójicamente, un niño que nazca con bajo peso de una madre con bajo peso tiene un mayor riesgo de sobrepeso en etapas posteriores de la vida que un niño que nazca con un peso normal. Es por ello que los primeros 1000 días desde el embarazo hasta el segundo cumpleaños del niño es un periodo tan importante para establecer buenas pautas en materia de nutrición.
El Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición
El objetivo del Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición (de 2016 a 2025) es dar un nuevo impulso a los esfuerzos por mejorar la nutrición de las personas en todo el mundo.
Deberíamos transformar nuestros sistemas alimentarios (el modo en que los alimentos se producen, procesan y distribuyen) para garantizar que todas las personas tengan acceso a alimentos nutritivos y dietas saludables. Deberíamos velar por que los sistemas de protección social reduzcan las desigualdades y den a las personas de todo el mundo acceso a dietas más saludables.
Deberíamos reforzar nuestros sistemas de salud para que todas las personas tengan acceso a los servicios esenciales de nutrición. Asimismo, deberíamos velar por que las mujeres reciban información al respecto y por que las escuelas ofrezcan alimentos nutritivos a todos los niños.
Es evidente que se precisa la implicación de muchos actores. Los organismos de las Naciones Unidas desempeñarán un papel activo. La Organización para la Alimentación y la Agricultura y la OMS están liderando este esfuerzo, en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola y el UNICEF.
Con todo, el esfuerzo estará dirigido primeramente y ante todo por los países, sobre la base de los planes nacionales existentes. Los países deben aplicar políticas que transformen los sistemas alimentario y sanitario de modo que, de aquí a diez años, todos podamos tener en nuestra mesa alimentos nutritivos producidos de manera sostenible y justamente comercializados.
El Decenio de las Naciones Unidas de Acción sobre la Nutrición es una oportunidad única y sin precedentes de transformar nuestras vidas mediante una mejor nutrición a gran escala: tenemos que asumir nuestra responsabilidad individual y colectiva de construir un futuro más justo, saludable y sostenible, que es en definitiva el futuro que queremos.
*Dr. Francesco Branca, Director del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS, y Anna Lartey, Directora de la División de Nutrición de la FAO. Tomado de la página de la OMS.